Un cuarto propio es un espacio físico y acotable. Una parte de la vivienda que se convierte en un recipiente de experiencias. Estas experiencias responden a unas características simbólicas determinadas por aspectos culturales y perceptivos.
La utilización de la arquitectura como elemento simbólico, nos traslada a un espacio mental, efímero y cambiante, donde se establece la relacion entre el interior del habitante y su entorno. Se produce un espacio simultáneo más alla de la pura visualidad.